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PROYECTO

Encabezado 1

Fundamentación

Este proyecto se plantea como una indagación acerca de los principios procedimentales del Grabado y el Arte impreso. Para ello como punto de partida, se han retomado ciertos aspectos habituales de la práctica artística respecto de la imagen gráfica, tales como la reproductibilidad técnica y su consecuente múltiplicidad, que hacen de ella, aún hoy en el marco del arte contemporáneo, un campo de rasgos específicos. Se trata de la condición que permite reproducir la misma imagen casi de manera infinita. Pero que al mismo tiempo, admite variables en su reproducción alterando y alternando elementos, como el color, los detalles de la imagen, el soporte, generando así cambios respecto de su estado inicial. 

En torno a esta característica, es oportuno destacar y permitirnos ver cuáles son los lineamientos más profundos que esto conlleva para el proyecto. Creo que dentro del Grabado y Arte Impreso entendido como práctica de impresión gráfica hay un elemento que de alguna u otra forma está siempre presente: el tiempo. Una dimensión que reconocemos tanto en sus modos de producción en serie, como en ciertas estéticas que presenta, y que en este proyecto serán atravesadas por otra materialidad. Hay dentro de la imagen gráfica estática un relato particular que nos habla del tiempo, y es desde allí, que este trabajo busca problematizar la condición de imagen fija pensándolo en torno al movimiento. Se trata de un proceso de des-individualización de la imagen que busca otras posibilidades en torno al dispositivo, donde una totalidad - la imagen fija- pasa a ser una fracción, un segmento integral, de una nueva totalidad -una animación o un film-  que  corrompe los lineamientos clásicos de la gráfica.

Es por eso que el presente escrito pretende problematizar desde la idea de movimiento - como manifestación consecutiva del tiempo-, las posibilidades que la imagen fija ofrece tanto en su composición, como por las características mismas del dispositivo utilizado. Sabemos qué en el campo de las imágenes, el movimiento ha sido trabajado tanto desde una imagen estática, ya sea por su composición, procedimiento o estilo, tales como las pinturas futuristas, donde el movimiento se trabaja de manera simbólica, jugando a partir de medios representativos. Como también a través del montaje: la superposición de varias imágenes en un film, generando que, al reproducirlas de forma sucesiva en un tiempo determinado, el movimiento se produce de manera inevitable.                                                                                                  

Aquí también es oportuno ver la relación que esto adquiere, en relación al sonido, abriendo allí otra arista en el estudio del tema y en la forma que esto repercute en la totalidad del proyecto.

Son antecedente significativos de este proyecto los cortos animados “Domingo” y “Clap" realizados entre el año 2019 y 2020, donde lo aleatorio y los golpes de sonido son atravesados por el movimiento a través de animaciones que pretenden sorprender, jugar con lo inesperado, mezclar formas y estructuras en pequeños lapsos y unificarlos en una suerte de collage en movimiento.

De la imagen fija al movimiento 

Entendiendo las múltiples posibilidades que nos ofrece el universo de las imágenes en torno a la propuesta de este proyecto, es oportuno reconocer dos aspectos para comenzar a desglosarlo e intentar acercarnos a un mejor análisis del tema.                                                                  

El “mundo gráfico”, está sujeto a múltiples variantes que permite ciertos procedimientos habituales dentro del grabado. Allí, podemos mediante una misma matriz, generar infinitas imágenes, y a su vez, reproducirla la cantidad de veces que el material soporte. Esta reproductibilidad que ostenta, nos habla del tiempo, del movimiento y nos ofrece la oportunidad del trabajo en serie, de corrernos de las nociones de original y copia para pensar a partir de los procesos.

Supongamos una situación de taller, donde alguien está realizando una serie de serigrafías alterando pequeños detalles del fondo, mediante el cual, ciertas manchas se desplazan de un lado al otro. Al mirar las estampas dispuestas de manera yuxtapuesta, en un relato de izquierda a derecha ( o a la inversa), podemos reconocer un movimiento a partir de esa alteración que se hizo en el fondo al trabajar en serie, como si fuesen fotogramas de un film. Entonces, sí se digitalizan cada una de ellas y se disponen en un tiempo determinado de manera correlativa, ese relato sucede de una nueva manera. Aquí el ejercicio que proponemos en la primera suposición de taller cambia no solo la materialidad que pasa a ser digital, sino también el fin en sí mismo de las estampas. La imágen única que en una primera instancia aspiraría a ser independiente de las demás, se transforma en un medio para otro dispositivo-en este caso el audiovisual-, pero aun así mantiene la estética de la serigrafía.

De esta manera es que nos proponemos generar movimiento verosímil a través de la combinación de estas dos formas de construir imágenes. Apostando al proceso, donde la disposición sucesiva de imágenes construye características propias del tiempo como la trayectoria, el espacio recorrido y la velocidad, pero no ya de manera sugerida, sino de manera palpable emulando los procedimientos habituales del montaje audiovisual.

Dice Deleuze (1984). “El movimiento es una traslación en el espacio. Ahora bien, cada vez que hay traslación de partes en el espacio, hay también cambio cualitativo en un todo”(p.22). Los elementos de la imagen se mueven, pero ¿es suficiente el movimiento para generar un relato?.

El movimiento siempre remite a un cambio, una variación en la estructura de los cuerpos que observamos que parten de un punto para llegar a otro dentro de un tiempo determinado. 

 

 

 

Modos de producción

Tomando estos elementos como punto de partida, es que se aspira a la realización de una instalación recorrible y participativa, en la que el movimiento cumpla un rol sustancial. Tanto en el recorrido del espectador, como en las imágenes y animaciones en entorno físico, donde la experiencia por parte del público se encuentre en un constante cruce de sensaciones. En torno a esto, sería oportuno citar parte de lo escrito por Groys en su ensayo “Política de la Instalación” (2014) “La instalación transforma el espacio público, vacío y neutral, en una obra de arte individual e invita al visitante a experimentar ese espacio como el espacio holístico y totalizante de la obra de arte” (p.54). 

La obra pretende mediante un circuito de elementos físicos de diferentes materialidades, en conjunto con diferentes dispositivos audiovisuales, presentar un espacio recorrible mediante el cual se pretende reflexionar acerca del paso de la imagen estática hacia el movimiento y las oportunidades que el mismo ofrece.   

 

Como paso previo a la instalación, a modo de prueba se realizó a través de un video, el montaje de las figuras trabajadas a lo largo de la producción para generar un acercamiento a esta multiplicidad de formas atravesadas por el movimiento y poder ver de qué manera se relacionan entre sí. En un lugar que aun manteniendo una paleta amplia de colores, el conjunto con el sonido y las formas de estructurarlos, cobran relevancia y producen esa cierta unión y armonía que se pretendió a lo largo del trabajo, manteniendo aún el tono azaroso que se pretendia.                                                   

Para ello, será importante analizar el rol que cumple el tema en términos tanto de apreciación de la obra, como de realización. Teniendo en cuenta los diferentes parámetros que cada situación representa. Es decir, la idealización a la hora de pensar, por ejemplo, la forma de contemplar un grabado, como la de un video animación de 1 minuto, o mismo una instalación que requiera un recorrido, dificultosamente sea la misma. Hay patrones que de alguna manera, las unifican, pero en lo concreto, hay elementos que las diferencian y hacen que en la experiencia totalizadora, no se utilicen los mismos parámetros ya sea por tiempo o complejidad. Es por eso, que resulta interesante pensar de qué manera funciona la recepción al momento de tener enfrente la obra y recorrerla. Donde todo adquiere un tono aleatorio, de sorpresa. Encontrarse con animaciones que juegan con elementos sonoros, que se desarman y vuelven a generarse, líneas que corren y deslizan con un entorno igual de ambiguo que el real. Situaciones donde un pequeño punto puede abrirse y generar todo un mundo de colores y formas. Choques de sonido, choques de imágenes, choques de elementos. Me interesa el dinamismo, lo aleatorio, las múltiples oportunidades que el dispositivo ofrece en el plano abstracto y el movimiento que se pueda generar en ella.

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